Fragilidad e ingesta de proteínas en población Senior

La tercera edad, ancianidad o edad avanzada representa un segmento extraordinariamente diverso y heterogéneo. Abarca desde personas mayores de 65 años autónomas y muy activas hasta ancianos con minusvalías importantes que dependen de ayuda externa (1).

En la actualidad, el porcentaje de personas mayores de 65 años está incrementando, dado el aumento de la esperanza de vida de los países desarrollados. En España, los datos reflejan que, si la tendencia actual se mantiene, en el año 2065 la esperanza de vida de los hombres superaría los 88,5 años y la de las mujeres los 91,6 años. Esto implica que el porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 18,7% del total de la población, pasaría a ser del 25,6% en 2031, y del 34,6% en 2066. (2)

Uno de los trastornos que presenta la población senior es la fragilidad. Ésta conlleva diferentes consecuencias, tales como la discapacidad, cuidados de larga duración e incluso aumento de la mortalidad. Además, en edades avanzadas el equilibrio entre la síntesis y la degradación proteica está alterado; las investigaciones indican una menor síntesis de proteínas musculares en población senior en comparación con población joven/adulta (3). Prevenir la fragilidad en la vejez es, por tanto, una tarea urgente en los países desarrollados.

Una de las maneras más efectivas de prevenir la fragilidad es mantener una nutrición adecuada, atendiendo especialmente a las proteínas, así como a un adecuado aporte energético para una correcta utilización de esta proteína, concretamente de 30-35 kcal/kg/día (4). Las recomendaciones actuales indican que la proteína no debe aportar más del 10-15% de la energía total consumida. Sin embargo, en los ancianos, la ingesta energética suele ser baja, por lo que el aporte calórico de la proteína puede ser mayor (12-17%) para asegurar una ingesta suficiente. La calidad de la proteína debe tenerse en cuenta, sobre todo en las personas con poco apetito (1).

Diversos estudios confirman que una adecuada ingesta proteica en personas mayores de 65 años disminuye la prevalencia de fragilidad, dado que se aumenta la masa magra apendicular (5) y la fuerza muscular (6). La dieta mediterránea también es conocida por prevenir la fragilidad en personas mayores de 65 años (7-8).

Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tokyo en un total de 905 participantes, ha relacionado fragilidad con hábitos alimentarios y además afirman que existen diferencias entre hombres y mujeres (9).

En primer lugar, los resultados muestran una mayor prevalencia de fragilidad en mujeres que en hombres, un 27,4% de las mujeres presentaban prefragilidad y un 16,1% fragilidad, mientras que en el caso de los hombres se daba en un 19,3% y 16%, respectivamente. Esta fragilidad se relaciona además con una menor ingesta de proteínas -menos de dos raciones por semana de pescado y carne- y menor consumo de vegetales en mujeres. Además de fragilidad, la osteoporosis, las caídas y las fracturas son más frecuentes en mujeres que en hombres, lo que podría implicar una relación directa entre el consumo de pescado -rico en calcio, vitamina D y proteínas, entre otros nutrientes- y la prevalencia de estas (9).

Otro reciente estudio publicado en “Journals of Gerontology: Biological Sciences” muestra una relación significativa entre el consumo de proteína de pescado, en concreto de abadejo de Alaska, y el aumento de la masa muscular en población de 69-84 años, especialmente en extremidades inferiores (10).

Estos datos reflejan la importancia de una adecuada ingesta proteica en población senior, ya que es un factor clave en la prevención de la fragilidad, sobre todo en mujeres, y en la mejora de la calidad de vida. Por todo ello, promover una alimentación saludable con un patrón de dieta mediterránea que incluya pescados, carnes y vegetales en cantidades suficientes en esas primeras etapas de prefragilidad puede suponer una medida de prevención eficaz.

Bibliografía

  1. Arbonés G, Carbajal A, Gonzalvo B, González-Gross M, Joyanes M, Marques-Lopes I et al. Nutrición y recomendaciones dietéticas para personas mayores: Grupo de trabajo «Salud pública» de la Sociedad Española de Nutrición (SEN). Nutr. Hosp. 2003; XVIII(3):109-37.
  2. Instituto Nacional de Estadística. Proyecciones de Población 2016–2066. Madrid: INE; 2016.
  3. Haran PH, Rivas DA, Fielding RA. Role and potential mechanisms of anabolic resistance in sarcopenia. J Cachexia Sarcopenia Muscle. 2012;3(3):157–62.
  4. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Documento de consenso sobre prevención de fragilidad y caídas en la persona mayor. 2014. Disponible en: http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/Estrategia/Fragilidadycaidas.htm
  5. Mangano KM, Sahni S, Kiel DP, Tucker KL, Dufour AB, HannanMT. Dietary protein is associated with musculoskeletal health independently of dietary pattern: the Framingham third generation study. Am J Clin Nutr. 2017;105(3):714–22.
  6. Houston DK, Nicklas BJ, Ding J, Harris TB, Tylavsky FA, Newman AB, et al. Dietary protein intake is associated with lean mass change in older, community-dwelling adults: the health, aging, and body composition (health ABC) study. Am J Clin Nutr. 2008;87(1):150–5.
  7. Feng Z, Lugtenberg M, Franse C, Fang X, Hu S, Jin C, et al. Risk factors and protective factors associated with incident or increase of frailty among community-dwelling older adults: a systematic review of longitudinal studies. PLoS One. 2017;12(6):e0178383.
  8. Leon-Munoz LM, Garcia-Esquinas E, Lopez-Garcia E, Banegas JR, Rodriguez- Artalejo F. Major dietary patterns and risk of frailty in older adults: a prospective cohort study. BMC Med. 2015;13:11.
  9. Shibasaki, K., Kin, S.K., Yamada, S. et al.Sex-related differences in the association between frailty and dietary consumption in Japanese older people: a cross-sectional study. BMC Geriatr 19, 211 (2019) doi:10.1186/s12877-019-1229-5
  10. Watanabe K, Holobar A, Mita Y, Tomita A, Yoshiko A, Kouzaki M, Uchida K, Moritani T. Modulation of Neural and Muscular Adaptation Processes During Resistance Training by Fish Protein Ingestions in Older Adults. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2020 Apr 17;75(5):867-874. doi: 10.1093/gerona/glz215. PMID: 31596471; PMCID: PMC7164534