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¿Qué productos caducados es posible comer?

A quien no le ha ocurrido que, durante un día cualquiera en el que tiene tiempo y decide cocinar, se da cuenta de que desde la última compra que hizo muchos de los productos que tiene en la nevera ya han caducado.

Esto ocurre muy a menudo con los yogures, ¿verdad?. Y otra cosa más, cuántos de nosotros no nos planteamos que, aunque estén caducados, muchos de ellos aún pueden tomarse. Los ojeamos, los olemos y nos decimos, “esto puede comerse perfectamente”.

En el post de hoy vamos a aclarar la diferencia entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente de muchos alimentos y explicaremos cuáles se pueden consumir y cuáles no una vez caducados.

Y es que este asunto no es un tema banal y menos si tenemos en cuenta la cantidad de personas que pasan hambre más allá de nuestras fronteras o las familias españolas que no tienen recursos suficientes para hacer más de una comida al día. Un dato que deja perplejo a cualquiera es que un tercio de toda la comida que se genera acaba en la basura.

Tras años de recomendaciones por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de extender el término “consumir preferentemente” de muchos alimentos que estamos considerando caducados, por fin empezamos a tomar conciencia de ello.

Un ejemplo, los yogures, un producto considerado hasta hacen muy poco como prohibido y que hoy en día lleva en sus tapas el etiquetado de consumo preferente en lugar de la fecha de caducidad.

Otro ejemplo lo encontramos en Dinamarca, país en el que se ha abierto el primer supermercado de productos caducados, Wefood, que destina los beneficios a causas sociales.

Producto caducado, ¿o no?

La fecha de caducidad se emplea en aquellos alimentos en los que una vez pasado ese margen de tiempo el consumo no es adecuado para nuestra salud. Ejemplo de ello son muchos de los productos frescos, o envasados al vacío, así como leches sin pasteurizar, que por su composición son altamente perecederas.

Sin embargo, la fecha de consumo preferente lo que nos indica es que pasado ese tiempo el producto, aún siendo posible su ingesta desde el punto de vista sanitario, puede haber sufrido cambios en la textura, olor o sabor, disminuyendo su calidad, pero sin suponer un riesgo para la persona que lo toma.

Este indicador es más común en alimentos esterilizados o con poco agua, como los huevos, cereales, pastas o legumbres. A diferencia de la fecha de caducidad (día, mes y año) la de consumo preferente atiende a variaciones en función de la longevidad del producto, hablando de días, meses o año límite para tomarse.

Es obligatorio que todo alimento, aunque veremos algunas excepciones posteriormente, lleve en su etiquetado la fecha de duración mínima o en su caso la fecha de caducidad.

Esto significa que no pueden usarse ambas a la vez en un mismo producto, es decir son excluyentes entre sí. En los dos casos estas leyendas nos indican la fecha límite para que ese alimento se comercialice y por lo tanto, deba ser retirado de las estanterías, así pues no nos deberíamos encontrar ningún producto de este tipo en los lineales de los supermercados.

Alimentos que pueden comerse una vez caducados

Aquellos productos ricos en azúcares, las conservas, la pasta y legumbres, cereales e incluso, el pan o los huevos son algunos de los alimentos que pueden comerse a pesar de haber pasado su fecha de caducidad.

Para los huevos, el mayor riesgo a evitar es la salmonela, por lo que debemos asegurarnos que hayan estado y estén en frío. Si tenemos alguna duda de su estado, nada como meterlos en un vaso de agua y si flotan, es que no pueden comerse.

Otros alimentos no perecederos a corto plazo son las mermeladas y mieles, que si generan moho, podemos incluso retirar y seguir consumiendo. Aunque, esto ya no sería muy apto para escrupulosos.

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